sábado, 2 de agosto de 2008

"Encuentro"

Ere una tarde de enero, habíamos dispuesto conocernos luego del trabajo.
Pase el día pensando como sería ella mientras las mariposas danzaban en mi interior. La espera se me hacia eterna y la ansiedad me mataba, pero al fin llego el momento, la hora tan esperada.
Eran las cinco y treinta de la tarde cuando emprendí el viaje. Agotado por la jornada y el calor, caminaba con pies pesados y mirada perdida pero movido por una energía inexplicable. Los nervios por suerte se habían disipado pero la ansiedad cada vez era más fuerte.
Ya divisaba el lugar de encuentro pero no veía a nadie que advirtiera mi presencia. Cada vez me acercaba más pero no pasaba nada y empezaba a preocuparme cuando decidí acercarme a una persona que se encontraba justo en el lugar indicado. No nos separaban mas que unos pasos cuando volteó y me sonrió, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, la tenía justo frente a mí, era ella.
Su sonrisa tenía el brillo del mismo sol. Sus ojos, rasgados como almendras, mezclaban nostalgia y júbilo así como una irresistible dulzura. Sus cabellos, oscuros como la noche, ondulaban con la misma gracia que el mar, conservando el toque salvaje de una tempestad.
Quede inmóvil, creí ver por unos segundos que dos alas enormes y blancas se asomaban en su espalda y un coro de ángeles sonaba en el habiente, como una aparición divina, como la mejor obra de arte. Todo se detuvo, como si el mismo tiempo no creyera lo que veía.
Volví en mi antes de que ella se de cuenta y advertí que el coro de ángeles que escuche era su dulce voz diciéndome: “hola”; como la mas perfecta sinfonía jamás compuesta. Hice a un lado mi asombro y con fragmentos de mi voz le conteste.
Decidimos caminar un poco, no se si era el calor pero sentía a mi lado un espejismo, de esos que sediento en el desierto cree uno que lo salvaran, solo para luego darse cuenta que jamás existió. Así me sentía, perdido en un desierto de soledad, sediento de amor, pero ella era más que un espejismo, sentía que era realmente mi oasis salvador.
Conversamos animadamente y caminamos un largo rato, mientras que en mi interior me preguntaba quien seria el artista que esculpió su cuerpo tan perfecto, cubierto con una luz propia, como si los rayos del sol de verano caminaran junto a ella.
Su piel bronceada parecía emanar un perfume indescriptiblemente enviciador produciendo en mí unos fuegos de pasión apenas controlables.
Recé que nunca llegara la hora de su partida, pero era inevitable, así que emprendimos la caminata de regreso. No quería despedirme, quería pasar mas tiempo con ella, así que para mi alegría me invito a acompañarla hasta su barrio.
Viajamos sentados uno al lado del otro. Haciéndome el intrépido estire mi brazo derecho y lo posé en su hombro y provoqué que en su hermoso rostro se dibujara una sonrisa, dejándome nuevamente atónito con su luz.
Llegamos por fin a la meta. Mientras caminábamos, torpe y olvidando el romanticismo por miedo a perderla por mi timidez, le pregunte si me iba a permitir besarla, a lo que respondió nuevamente con una sonrisa y asintió moviendo la cabeza agitadamente. En ese momento sentí como si los siete mares desembocaran en mí y me produjo un alivio, ya que temí ser demasiado precipitado.
Estaba feliz, sentía mis pies flotar en el aire, junto a mi lado estaba ella, mi ángel, mi aparición salvadora, reina de un poder inmensurable capaz de mitigar mi atormentada alma.
Me llevó a un sitio para esperarla, tenía que volver a su casa para cambiar su ropa, ya que su madre no sabía que estaba conmigo.
Así se marchó, llevándose con ella toda la luz del día, y temí que no volviera. Esperé un largo rato y la hubiera esperado más de haber sido necesario, aún así a costa de mi tiempo en este mundo, pero al fin apareció como el sol en el horizonte, y las aves volvieron a cantarle a su belleza, mi corazón nuevamente se estremeció como si fuese la primera vez que contemplara tal magnificencia.
Nos quedamos en un parque, sentados lejos de las miradas. Cada segundo que moría era más la ansiedad y los deseos de besarla.
Charlamos unos minutos, luego de eso, no sé como fue, no sé quien dio el primer paso, solo sé que de repente nuestros labios se encontraron y se produjo un eclipse, todo a nuestro alrededor calló. Probé el néctar de sus labios de rosa, sentí el sabor del amor correr por mis venas, secando mis llantos, haciéndome olvidar todas las penas. El resto del mundo dejó de existir y ya no podía dejar de besarla. Solo éramos ella y yo, un torrente de besos y caricias.
El celoso tiempo aceleró su paso y la noche asomó su gran ojo blanco, miles de velas se encendieron en los cielos. Ya era la hora de su partida, pero no podía dejarla, ni ella a mí. Nuestro vínculo fue profundo, como a la tierra un árbol aferra su raíz, no podría explicar lo que sentía en ese momento, estaba feliz sin duda pero también tenía algo de miedo, había tanto que perder.
Tomados de la mano la acompañé lo mas cerca que pude de su casa, parando a cada instante para beber nuevamente de sus dulces labios. Parecía ser todo un sueño, tantos sentimientos acumulados en mí ser.
Mi princesa debía retornar a su castillo, así que no la retuve más. Con un último beso se alejo lentamente hasta desaparecer en el manto de la noche, como una estrella más en el infinito universo. Apenas se alejo un paso ya había comenzado a extrañarla con locura, esperando la hora de verla nuevamente.
Así fue nuestro primer encuentro, el día que conocí el amor y mi vida se convirtió en un cuento.
Ya hace un año que estamos juntos y jamás fui tan feliz, tantas cosas pasamos y pasaremos, pero ¿que será de nosotros en el futuro?... es un misterio que solo el tiempo podrá revelar.

3 comentarios:

Integrantes: Clary, Ale, Vivi, Belén dijo...

Buenas buenas! me gustó el texto que escribiste, romántico!! =). Me pareció bueno como está narrado, ya que incluís un poco de rimas también.
Si tenés algún otro romántico me gustaria verlo.
Besitoss

hasta la próxima.


Clary.

Anónimo dijo...

Yo que se por donde viene la mano, me aburri en la mitad...
Besos
MEP

Anónimo dijo...

Buenísima la forma del relato.
buen estilo..
Lástima la destinataria del relato!
Nunca te valoró. te usó. y lamentablemente no vas a poder verlo, pero tambien te cagó y te psicopateo, aprovechandose de que estabas enamorado de ella.
ojolá pronto lo superes.sos un buen tipo..... te mereces superarlo
REX....